La Quintana

Ubicación: calle Eulogio Díaz Miranda, 30, Grau/Grado

La Quintana  es sin duda uno de los monumentos más llamativos de la villa.

Tras una primera construcción de solamente una planta, el indiano Aurelio Huerta reconstruyó esta casa en 1930. Por entonces, las tejas que la cubrían eran de color verde. Aurelio había emigrado a México a principios de siglo XX "con lo puesto" y tras unos años de duro trabajo, amasó suficiente fortuna para poder volver a su tierra. En la Quintana vivió con su familia unos años y tuvo a su hija. Se dice que era una persona que leía mucho y puede que fuera uno de los motivos por los que se le llegó a acusar de comunista. Al estallar la guerra civil, comenzaron los rumores de que iban a llevarle "de paseo" así que decidió abandonar la casa y emigrar a Francia. Lamentablemente, no pudieron llegar a establecerse allí debido al estallido de la Segunda Guerra Mundial. Aurelio volvió a emigrar con su familia, esta vez a México, donde tantos años había trabajado y que fue también el país en el que terminó su vida.

En los años 50, la única heredera de Aurelio vendió La Quintana a otra familia y en el año 2004 fue adquirida por Luis, su último propietario. Este hombre trabajó en ella para conseguir rehabilitarla con la ayuda de su familia. Su hija, Lorena, también trabajó duramente para su rehabilitación, incluso en los últimos días de su embarazo. Mano a mano, papeleo tras papeleo, consiguieron convertir La Quintana en un albergue turístico en el que se alojan peregrinos y visitantes de todo tipo.

La Quintana aún conserva muchas piezas originales: las molduras, que son de hormigón, la recepción, la escalera. la mayor parte de un magnífico baño con vidriera incluida, etc. También son antiguos los árboles que adornan el jardín; un naranjo y un boj. ¿Quién no querría dormir en una casa de indianos?