En el Barrio de Fozante (Santa María), se encuentra el hórreo de Agustina, del siglo XVI. Está sostenido por siete pegollos de madera que descansan sobre muros, teniendo los cuatro apoyos de las esquinas los bordes biselados y un corredor perimetral. Fue reconstruido hace un siglo, pero conserva elementos originales como algunas pintura “estilo Villaviciosa” azules y blancos, aunque la humedad y el estado general de conservación hacen que sean difícilmente interpretables. Más visibles son las escenas de caballos enfrentados entre sí en las colondras, en una de las cuales, al menos, los dos animales están unidos por la misma rienda. De la misma forma que este es otro ejemplo más del “taller de los caballos” de la zona, también se representa una figura antropomorfa con la cabeza triangular.

Los liños tienen series de triángulos y hexágonos de retícula, dispuestos en dos barras paralelas formando cuadrados, también en dos bandas. En el resto de tablas aparecen motivos más habituales de rosetas circulares con borde de triángulos y cenefas de hexágonos de retícula similares a los de los liños. Las cabezas tienen formas cilíndricas.

El hórreo conserva un arco original que, por otro lado, no coincide ni con la puerta ni con la fachada actual. Tiene el canto tallado con pequeños rectángulos y un borde de triángulos, sobre el cual hay unos dibujos muy borrosos.